Explorar el interior de Holanda es una oportunidad única para descubrir un país lleno de encanto, lejos del bullicio de Ámsterdam.
Sus pueblos pintorescos, molinos históricos, canales, campos de tulipanes y costumbres tradicionales invitan a sumergirse en una experiencia auténtica.
Desde caminar por las colinas de Limburg hasta pasear por pueblos con siglos de historia, cada rincón cuenta una historia que merece ser vivida.
1. Descubre los Molinos de Kinderdijk
Ubicado cerca de Rotterdam, Kinderdijk es una parada obligatoria para quienes desean conocer los famosos molinos holandeses.
Este Patrimonio de la Humanidad cuenta con 19 molinos de viento históricos que datan del siglo XVIII.
Puedes recorrerlos a pie o en bicicleta, y si deseas una experiencia más especial, opta por un paseo en barco por los canales que rodean los molinos.
También es posible ingresar a uno de los molinos para aprender sobre el sistema de manejo del agua, una técnica que ha sido fundamental en el desarrollo del país.
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2. Visita los Pueblos Tradicionales de Zaanse Schans y Volendam
Zaanse Schans es otro destino icónico en el que encontrarás una colección de molinos y casas tradicionales que recrean la vida en Holanda durante el siglo XVII.
Puedes visitar museos y talleres donde se fabrican zuecos y quesos, dos símbolos de la cultura holandesa.
Volendam, otro encantador pueblo, te permitirá sumergirte en las tradiciones pesqueras holandesas, además de disfrutar de un paseo por su puerto y calles llenas de casas coloridas.
3. Explora el Parque Nacional Hoge Veluwe
Para los amantes de la naturaleza, el Parque Nacional Hoge Veluwe es un verdadero paraíso.
Con más de 5,000 hectáreas de bosques, dunas y brezales, es el lugar ideal para practicar senderismo y ciclismo.
El parque cuenta con bicicletas gratuitas, lo que facilita el recorrido de sus extensas áreas naturales.
Además, dentro del parque se encuentra el Museo Kröller-Müller, que alberga una impresionante colección de obras de Vincent van Gogh, lo que añade un toque cultural a la experiencia.
4. Sumérgete en la Historia de Maastricht
Maastricht, la capital de la provincia de Limburg, es una ciudad llena de historia, cultura y vida.
Sus estrechas calles empedradas, plazas históricas, catedrales y murallas medievales transportan a otra época.
Visita la Basílica de San Servacio, el mercado central, y la famosa cueva de St. Pietersberg.
Esta última es una red de túneles subterráneos que se utilizó como refugio durante la Segunda Guerra Mundial y ofrece visitas guiadas para conocer su historia.
Maastricht es también una ciudad vibrante y llena de cafés y boutiques encantadoras.
5. Admira los Campos de Tulipanes en Lisse
Si visitas Holanda en primavera, no puedes dejar pasar la oportunidad de ver los campos de tulipanes en Lisse, cerca de Keukenhof.
Los extensos campos de flores coloridas ofrecen una experiencia visual impresionante.
También puedes visitar el Jardín de Keukenhof, uno de los jardines de flores más grandes del mundo, donde cada año se exhiben millones de tulipanes, narcisos y jacintos.
El paisaje es digno de ser fotografiado y te permitirá capturar la esencia de Holanda en una sola imagen.
6. Relájate en Giethoorn, la “Venecia de los Países Bajos”
Giethoorn es un pequeño pueblo sin calles tradicionales, donde el transporte se realiza principalmente en bote a través de sus tranquilos canales.
Pasear en canoa o en barco por sus aguas cristalinas es una experiencia única y relajante.
Giethoorn es perfecto para quienes buscan tranquilidad y desean escapar del ajetreo urbano, rodeados de casas con techos de paja y jardines cuidadosamente mantenidos.
7. Degusta Quesos en Gouda y Edam
Holanda es famosa por sus quesos, y Gouda y Edam son dos de los lugares más tradicionales para probarlos.
En Gouda, cada jueves en verano, se realiza el mercado de quesos, donde se puede ver cómo se negocian los quesos siguiendo tradiciones centenarias.
En Edam, el mercado de quesos ofrece una experiencia similar, ideal para probar y comprar quesos frescos directamente de los productores locales.
8. Visita el Museo al Aire Libre de Arnhem
El Museo al Aire Libre de Arnhem es un lugar perfecto para conocer la historia y tradiciones de los Países Bajos de una forma interactiva.
Este museo presenta antiguas casas, granjas y molinos de todo el país, recreando la vida holandesa de siglos pasados.
Es ideal para familias, ya que ofrece actividades prácticas y exhibiciones en las que los visitantes pueden participar.
9. Disfruta de las Playas de la Costa Norte
La costa norte de Holanda ofrece playas de arena fina y paisajes naturales encantadores. Texel, una de las islas Frisias, es famosa por sus playas y sus rutas de senderismo.
La isla también es conocida por sus aves y su vida salvaje, ideal para quienes disfrutan de la naturaleza.
Los pueblos costeros de Scheveningen y Zandvoort también son excelentes opciones para pasar un día relajante junto al mar.
10. Recorre los Viñedos de Groesbeek
Aunque menos conocido que otros países, Holanda también produce vino en pequeñas cantidades, y Groesbeek, en la provincia de Gelderland, es el centro de la viticultura holandesa.
Aquí, puedes visitar bodegas y viñedos locales, degustar vinos y aprender sobre la vinicultura en Holanda.
Groesbeek ofrece un ambiente tranquilo y bucólico que encanta a quienes buscan una experiencia diferente.
Conclusión
El interior de Holanda es un mosaico de historia, tradición y naturaleza que cautiva a cada visitante.
Desde molinos y campos de tulipanes hasta pueblos pintorescos y paisajes costeros, este país tiene mucho más para ofrecer que sus ciudades cosmopolitas.
Explorar sus rincones más tranquilos y menos conocidos te permitirá conocer la verdadera esencia de los Países Bajos y vivir una experiencia auténtica llena de encanto y descubrimientos.